Catalina Micaela nació en Madrid, 10 de octubre de 1567 y falleció en Turín, 6 de noviembre de 1597, fué infanta de España por nacimiboya por matrimonio.
Junio de 1559. Una niña de 13 años se casa por poderes con Felipe II, en aquel momento el rey mas poderoso del mundo. Le aterra pasar el resto de su vida junto un hombre 20 años mayor que ella sólo por la conveniencia de sellar la paz entre España y Francia, que no era poco entonces. Cuando el duque de Alba, en representación del rey español, toma simbólicamente el tálamo nupcial, la joven quiere huir del lugar, pero ya el peso de la historia le ata los pies a la nueva tierra que la espera: España
La joven era Isabel de Valois, descendiente directa de dos de las más altas estirpes europeas: los Valois reinantes en Francia y los Médicis. El acuerdo matrimonial de Felipe e Isabel había sido rubricado por el padre de ella, Enrique II, al firmar la Paz de Cateau-Cambresis (ese mismo año) con la que se ponía fin a décadas de enfrentamientos entre franceses y españoles, culminados con la victoria de estos últimos en la batalla de San Quintín. Fué uno de los tratados de mayor transcendencia del siglo XVI, pero también en la vida de Felipe II que no tuvo escrúpulos al desposarse con la novia de su hijo el príncipe Don Carlos, al que Isabel estaba prometida. La reciente muerte de la reina inglesa María Tudor (Bloody Mary), segunda esposa de Felipe II, le hizo cambiar los planes y el rumbo de su vida.
En realidad, Felipe II pasó de batallar con Francia a batallar con su suegra Catalina de Médicis, cuya preocupación permanente por la vida de su hija en la corte española llegó a irritarlo sobremanera. Harto de la influencia francesa que rodeaba a su esposa, decidió expulsar a varias damas del séquito de Isabel que regresaron a París de donde habian partido junto a la reina. Entre ellas su prima Anne de Montpensier, cuya ausencia le dejó un gran vacio a la reina que la acompañó prácticamente hasta el resto de sus dias. Porque Isabel de Valois a duras penas superaba la soledad que da vivir en un pais extraño sino tambien el choque de costumbres.
Habitudada a las fiestas y al boato colorista de los franceses, la austeridad y la rigidez del protocolo español la mataba de aburrimiento. España consideraba a los Valois unos libertinos, también consideraban intolerable el romance que el rey francés mantenía con Diana de Portiers 20 años mayor que el y que ostentaba el título de Aya de los Hijos de Francia. A pesar de eso Catalina de Médicis, mujer de armas tomar, nunca dejó que se acercara demasiado a ninguno de sus 10 hijos. Criada en ese ambiente en la que la humillación de su madre llenó de rencor su infancia, a Isabel le costó aceptar la larga lista de amantes de Felipe II. Sin embargo muchos historiadores sostienen que fue durante ese matrimonio cuando Felipe II dejó de tener amantes, precisamente por el amor que sentía por Isabel. Se señala a la joven Magdalena Girón, hija de los condes de Ureña y poseedora de gran belleza, como la última mujer que ocupó el real lecho infiel de Felipe II.
De las cuatro esposas de Felipe II se dice que fué a Isabel de Valois a la que mas amó de todas, esto se demuestra cuando el rey le regaló a la joven Isabel un diamante único de tono acerado y en forma cuadrada (de ahí su sobrenombre ``El Estanque´´). Una joya de valor incalculable que se engarzó con la famosa perla Peregrina traida desde Panamá. Aficionada al lujo, las joyas y las más costosas indumentarias, la moda española le debe mucho a una soberana que importó el gusto por el color pero también el interés por tejidos y modelos de trajes.
Que jamás repitiera en público un vestido fué considerado en la corte española una gran frivolidad y un temerario derroche. La casa de la reina estaba formada por 315 personas, su camarera real era María de la Cueva, viuda del conde de Ureña. La viudedad solía ser un requisito indispensable para ocupar el cargo, aunque se hizo la excepción con su sucesora, la duquesa de Alba, María Enriquez de Guzmán. Claro que si nos paramos a pensar en cierto modo lo era ya que su marido Fernando Álvarez de Toledo, se pasaba la vida ausente batallando en Flandes.
La condesa de Ureña, influyó favorablemente en la reina, ambas se entendieron bien por la exquisita formación de la joven francesa muy por encima de lo habitual, auque tenía una afición escandalosa en esa época: los juegos de cartas. Los inviernos en Toledo eran nefastos para la delicada salud de Isabel y devastadores para su ánimo, así que pidió a su esposo Felipe II que trasladara la corte a Madrid.
Corte y súbditos se interesaban por los asuntos de cama de Isabel y Felipe a la espera de la buena nueva de un heredero. La joven reina no llevaba bien el interés popular por su menstruación ya que el rey tuvo que esperar casi 2 años para yacer con la reina ya que todavía no le había venido la ``camisa´´ como se llamaba en esa época a la menstruación. Jamás intervino en los asuntos de estado y su única obsesión fué tener un heredero. El peor año para Felipe II fué 1568, ya que Isabel había tenido un aborto de dos niñas y había tenido con dificultad dos partos:
- Isabel Clara Eugenia (1566-1633) soberana y posteriormente Gobernadora de los Países Bajos.
- Catalina Micaela (1567-1597) duquesa de Saboya
Tan solo unos meses despues de la muerte del infante Don Carlos, se apagó tambien la vida de Isabel con solo 22 años. Ocurrió una mañana de un gélido 3 de Octubre. Su cuerpo, a merced de unos bárbaros que se hacian llamar médicos, no soportó las innumerables sangrías a las que fué sometido y dejó de respirar media hora después de expulsar un feto de 5 meses (tambien niña). Faltaban tan sólo 3 días para que su pequeña Catalina Micaela cumpliera 1 año.
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